Un lugar de referencia
En 1900, tres hermanas, María, Charo y Esperanza, trasladan su hogar a lo que hoy en día conocemos como Restaurante César de Cicero, y allí regentan la tienda de viandas de la familia.
Años más tarde se convierte en la tienda-bar de César y Carmina, sobrina de las tres hermanas, sitio de referencia donde los lugareños acudían a hacer la ronda, disfrutar del blanco de solera y de sus conocidas ‘‘Chirlas en salsa’’.
De la mar a la mesa
En los años 80, su hijo, Flavio Veci, decide hacerse cargo del negocio familiar.
Flavio transforma la tienda-bar en el restaurante que hoy todos conocemos, dándole protagonismo a los mariscos y pescados que se traían directamente de nuestra bahía.
Nuevos tiempos, misma esencia.
Es en 2021 cuando Íñigo Veci, decide continuar con la tradición familiar.
Este arquitecto de carrera, pero hostelero de corazón, recupera el concepto de casa de comidas que había comenzado su abuela, algunos años atrás.
Con un concepto más actualizado y juguetón, así lo define él, ofrece una carta variada de platos, con las almejas a la marinera como cabeza de cartel.
Íñigo sabe, que lo que su abuela comenzó, es algo que no se debe perder.